Carolina Durante llena hasta la bandera la Explanada del Puente del Rey en Madrid en lo que fue un baño de masas para el recuerdo

El cuarteto madrileño volvió a demostrar que está en su mejor momento, arrastrando una marea de público que coreó cada tema como eso que se ha apodado tan bien como himno generacionales: no hay debate en que el cuarteto es la banda más representativa de su generación. En el marco de una festividad tan castiza y simbólica como el 2 de mayo (el día de la Comunidad de Madrid), que recuerda el espíritu de resistencia y orgullo local, pocos grupos encajan mejor que Carolina Durante. 

Son una banda profundamente madrileña, no solo por origen, sino por actitud, por referencias y por la forma de contar lo que pasa como nadie más lo hace ahora mismo. La banda salió con todo: escenografía marca de la casa, actitud arrolladora y un repertorio que mezcló lo mejor de “Elige Tu Propia Aventura” (su reciente tercer álbum) con ya clásicos de la cultura popular española como “Cayetano”, “Famoso en Tres Calles” o “Joder, No Sé”. 

El ya icónico decorado de oficina (con escritorios, ordenadores y luces frías), poéticamente representado en las últimas horas de luz del Día del Trabajador, se convirtió en una metáfora brillante: mientras fuera era todo celebración, dentro del escenario se jugaba a subvertir el gris de la rutina con guitarras afiladas y estribillos coreables.

Diego, Mario, Martín y Juan no dieron tregua, reforzados por músicos adicionales y un montaje que, una vez más, dejó claro que pocas bandas estatales cuidan tanto la puesta en escena. Hubo pogos, hubo lágrimas, hubo comunión total ante un público cuyo final estaba más allá del horizonte. Lo de anoche fue otra prueba de que Carolina Durante ya no es que no jueguen en la misma liga, sino que no juegan ni el mismo deporte. 

Si alguien dudaba de su capacidad para llenar grandes recintos, ahora solo queda preguntarse cuál será su próximo techo. Porque llenar un recinto de 20.000 personas no es casualidad: es consecuencia directa del trabajo, las canciones y, sobre todo, una conexión con el público que muy pocas bandas pueden presumir hoy en día.